lunes, 14 de noviembre de 2016

Domando al chacal

Bueno mi estimada gente, ahora les vengo ofreciendo el siguiente relato:

En 2014, en casa teníamos una tienda en la casa, un abarrotes. Después de todo la familia debe buscar más ingreso. Ya saben el dinero nunca es suficiente.
A través de ese abarrotes pude conocer a "Emilio", el hijo de la vecina que la visitaba desde Guadalajara. El chavo es cuestión era de esos chacales que son fruto del deseo de muchos de nosotros.
No sé ustedes pero ver a un hombre, con un cuerpo de envidia producto del trabajo pesado (construcción, cargadores, o ese tipo de cosas), sumándole que tenía unos tatuajes que a saber de ustedes , me encantan los hombres con tatuajes.

Bueno continuando, el chico iba seguido a la casa a buscar garrafones de agua y era la oportunidad perfecta para observar su musculatura jajaja. En fin, el juego de miradas comenzó. Cada vez iba más seguido a comprar cualquier cosa. Un día, diciembre de ese mismo año, lo miré desde la casa que él estaba en la calle viendo hacia la casa, que afortunadamente estaba sólo ese día. Bueno entonces le hice la típica seña que indica que si quieres una mamada. Al principio me mandó a la verga. Jajaja, seguí insistiendo como dos veces más a la tercera vez me vio y se rió. Asintió con la cabeza y supe que era hora de tenerlo.

Lo metí rápidamente a la casa, ya saben, la discreción jaja. Empecé a acariciarle el pene por encima de su pantalón, sabía que era grande antes de tocarlo, algo dentro de mi lo imaginaba. Por fortuna estaba en lo correcto. Empecé a sentir un pene muy grande, grueso, con una cabeza pronunciable. Un señor pene. Le fui quitando poco a poco los pantalones, traté de besarlo pero ya saben que los chacales no se prestan a eso. Total, sabía que con tenerlo donde lo tenía ya era una gran victoria. Le quité los pantalones y me hinqué, no necesariamente para rezar. Le hice un oral que ni el se lo creía, empujaba su cuerpo contra mi boca, se introducía cada vez más profundo, yo estaba al borde de las lágrimas.  

El siguiente paso fue obviamente coger y se lo propuse, pero estaba un poco renuente. Lo senté para seguirle haciendo oral, y poco a poco me fui quitando la ropa. 

El pantalón y luego el boxer, mientras estaba medio recostado en el sofá con la mirada hacia el techo me fui posicionando poco a poco sobre su pene con mis nalgas abiertas, poco a poco fui dominandole para que se introdujera en mí. Con mucho tacto y cuidado. Sabía que dolería pero eso me emocionaba más aún. De repente sentí una punzada sobre mis entrañas. Él había decidido tomarme de la cadera y empujar todo hacia adentro. Mi grito lo contuve muy a mis adentros, después de todo era todo "discreto". "Emilio" empezó a empujar cada vez más rápido, sabía que lo disfrutaba, en ese momento yo era suyo y él era mío. Me gusta montar, y en ese momento yo tenía el control del acto, de pronto, se paró y eso ocasionó que yo me levantara junto con él. Me puso en contra de la pared para que no pudiera moverme y él ejercer el control. Yo cedí, después de todo iba a disfrutarlo. 


Para no hacer el cuento largo, estuvimos así por un rato.me dio una de las mejores cogidas de mi vida. Obviamente repetimos algunas veces, volveré a contarles sobre "Emilio".


Como siempre, cuenten si les ha pasado, cómo?


-N

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